Esta noche, la Lucha Libre Mexicana vivirá uno de sus eventos más importantes del año con la celebración de Triplemanía XXV en la Arena Ciudad de México,esta función servirá para conmemorar el 25 Aniversario de Lucha Libre Triple A, empresa comandada por la Familia Roldán Peña y que a la par del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) es una de las más importantes del deporte de los costalazos en nuestro país.
Triple A suele ser muy criticada, a veces de manera justa y en otras ocasiones injustamente. Por lo regular a Triple A o se le ama o se le odia, aunque no es mi caso, ya que si bien yo prefiero lo que la 'Seria y Estable' ofrece, al ser aficionado a la Lucha Libre, siempre estoy al pendiente de lo que presenta la 'Caravana Estelar', viendo desde luego muchos de sus combates.
Guste o no, Triple A y su evento de aniversario -al igual que como sucede con el Consejo Mundial- llaman la atencíon de propios y extraños, y en este caso más aún porque esta noche podríamos ser testigos de la caída de una máscara legendaria en el duelo de Máscara vs Máscara entre Psycho Clown y Dr. Wagner Jr., evento estelar de Triplemanía XXV.
Parece mentira que hoy se vaya a realizar un duelo para el que surgió el reto hace un año en Triplemanía XXIV y que fuera anunciado de manera oficial por Triple A desde el pasado mes de enero.
Todo hace indicar que el otrora 'Galeno del Mal' será el 'sacrificado' esta noche en la Arena Ciudad de México, situación que me parecería lamentable por lo que él y su máscara significan para la lucha Libre Mexicana. Nunca he sido fan de Dr. Wagner Jr., de hecho, nunca me ha caído bien. No obstante, no me gustaría verlo caer esta noche ante un rival que no tiene ni la trayectoria, ni el peso para ser ganador de una máscara como la suya.
El Wagner en tiempos de El Toreo de Cuatro Caminos con los Independientes y en sus primeros años en el CMLL me gustaba, cuando su equipo y su propia máscara no lucían tan espectaculares como en la actualidad. Aquel Dr. Wagner Jr. con la máscara clásica de su padre en color blanco era un rudazo, un luchadorazo. Sus cambios de bando y de empresa lo hicieron un luchador con mayor popularidad y junto a una máscara que mejoró considerablemente, él dejó de ser el luchador que era y se dedicaba más a payasear dentro y fuera del cuadrilátero -con el micrófono- que a luchar como él sabía.
Estas son las razones por las que digo que ni siquiera me cae bien Dr. Wagner Jr., no obstante, me gustaría verlo ganador en Triplemanía XXV, aunque me parece que lamentablemente hoy conoceremos el rostro del hijo de Don Manuel González porque para nadie es un secreto que la Lucha Libre es un negocio, y la caída de su máscara es lo que más le conviene al negocio, en específico al de Triple A.
A Wagner me habría gustado verlo en duelo de máscaras ante rivales como L.A. Park, Atlantis, Último Guerrero o Canek, con los que sostuvo importantes rivalidades en su momento y con los que siempre hubo retos para una lucha de apuesta. Podría pensar que él no quiso, o que quizá un promotor no pudo armar alguno de estos combates por el fuerte gasto que significa el 'destapar' a un luchador de tal categoría.
Lo triste es que en caso de caer, su máscara quedará en manos de un luchador que si bien es de familia luchística, es más producto de una empresa y de la mercadotecnia que se ha generado alrededor de él desde su llegada a Triple A, que de sus capacidades luchísticas. En ese sentido, creo que la máscara de Dr. Wagner Jr. merecía, en caso de caer o tener que caer, hacerlo ante un luchador de mayor categoría que Psycho Clown.
No juzgo la decisión de 'entregar' su máscara, pero creo que será triste verlo caer si en el marco de un evento grande, pero ante un luchador tan 'pequeño', luchísticamente hablando.
Es curioso pero estos últimos días en las entrevistas y conferencias previas al evento y la lucha de apuesta contra Psycho Clown, he visto a un Dr. Wagner Jr. diferente ante cámaras y micrófonos, a uno que se ha dejado de poses y que incluso bromea y luce relajado.
Espero que Triple A nos de una sorpresa, pero el que le quiten la máscara a su actual estandarte, y al que desde hace algunos años ha sido su apuesta al futuro me parece sencillamente imposible.