Thursday, October 22, 2015

El día que conocí a Juan Villoro

Desde hace un par de años, mis domingos suelen ser muy simples en el sentido de que en raras ocasiones hago planes para salir, por lo que mayormente ocupo ese día para estar en casa, acompañado de mi familia, música, y alguna almohada que irremediablemente termina viéndome dormir la siesta después del desayuno/almuerzo.

No obstante, el pasado domingo fue un domingo diferente desde el sábado mismo cuando en la comida con Cris surgió el plan de ir a la Feria Internacional del Libro que se realizó en el Zócalo de la Ciudad de México -la idea fue de ella, por tanto el crédito le corresponde en su totalidad-.

Ya el domingo, un par de horas antes de comenzar el camino hacia la sede del evento busqué palabras de consuelo con mis amigos ante la idea de que terminaría escuchando durante un par de horas a Elena Poniatowska, a quien podría definir como una reconocida escritora con la que no simpatizo, pero que indudablemente sería más honesto el hacerlo como siempre digo: Una vieja decrépita a la que detesto.

Por fortuna o por el favor divino de no sé quién, la cantidad de gente que había en el foro donde Poniatowska se encontraba en un 'mano a mano' con la escritora española Almudena Grandes impidió que nos acercáramos más de lo que yo deseaba. Esto, derivó en que comenzáramos a dar vueltas por el lugar y termináramos yendo a buscar un café en una fría tarde capitalina.

Al regreso, el Foro Eduardo Galeano ofrecía en su programación un 'mano a mano' con Fabrizio Mejía Madrid y Juan Villoro, mismo que se terminó convirtiendo en lo que podríamos llamar un 'triangular' con la participación de Paco Ignacio Taibo II. El solo hecho de tener a dos de mis escritores favoritos en una charla hacía que ésta prometiera, por lo que tras encontrar lugar comenzamos a escuchar la plática, misma en la que ya se escuchaba a Villoro.

Lamentablemente el comienzo de la charla fue muy política y obviamente, muy de izquierda, por lo que el gobierno y los medios de comunicación fueron pintados, como siempre sucede, como esos villanos que se retuercen los bigotes ante cada una de sus fechorías, en tanto el pueblo es el idiota que siempre termina sometiéndose.

Por suerte, y aún cuando el discurso no cambió demasiado y se mantuvo lleno de verdades que desde mi punto de vista pueden ser muy subjetivas, el momento fue muy agradable con un Fabrizio Mejía muy breve en sus comentarios, con un Paco Ignacio Taibo II que denotó una vez más su excelso dominio del 'francés' y con un Juan Villoro al que siempre es un gusto escuchar.

Al término de la plática, los tres escritores se dieron un tiempo para firmar autpografos y mientras Mejía y Taibo se encontraban ya fuera de la carpa ofreciendo sus firmas, Juan Villoro tenía una fila de varios minutos, misma en la que no faltaron distintivos del Club Necaxa. Tristemente yo no iba preparado para conocer a Juan Villoro y los libros que tengo de él se habían quedado en casa por lo que supuse que debería conformarme con estrechar su mano.

Me acerqué a la mesa y de los tres libros que vendían, tenía -por fortuna- solo dos. Por lo que prácticamente cuando estábamos frente a él me hice con una copia de 'Ida y Vuelta', aquel libro que conjunta las cartas que el argentino Martín Caparrós y el propio Juan Villoro intercambiaron durante la Copa del Mundo de Sudáfrica en 2010.

Desde luego, ese libro está ahora siendo leído por un servidor y en su primera página tiene una dedicatoria del autor que dice que el fútbol es también una forma de la amistad. La plática que sostuve con él fue breve aunque en algún momento él se levantó de su asiento para sacar sus llaves y mostrarme un llavero de Necaxa con la pintura gastada y roto de una de sus esquinas, "como el corazón de los necaxistas en estos momentos", nos dijo.

El momento fue muy especial y es que contrariamente a como he dicho anteriormente de que muchos necaxistas lo admiran únicamente por su afición hacia Necaxa, yo lo admiro porque he leído sus libros. Desde luego, no faltó la foto del recuerdo y la gratísima experiencia de haber compartido algunos minutos con el que como dije líneas antes, es mi escritor favorito.

Agradecimiento total a Juan Villoro por el cálido trato que da a sus lectores y desde luego a Cris, quien literalmente fue quien me llevó a su encuentro en la Feria Internacional del Libro del Zócalo de la Ciudad de México.

1 comment:

  1. Aún recuerdo ese día. Gracias por la compañía, fue genial conocer a Villoro.
    Ahora, creo que habría sido interesante escuchar a Poniatowska ¿No crees? xD

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