Wednesday, July 27, 2016

Un buen comienzo

Han pasado ya dos jornadas en el regreso de Necaxa a Primera División y por ahora, el equipo ha conseguido un par de empates sin goles, primero de local ante Cruz Azul, y posteriormente como visitante ante León en un encuentro en el que las condiciones climáticas fueron extremas y que duró nada menos que 186 minutos.

En el papel, el hecho de no marcar gol y de haber conseguido solamente un punto por partido podría ser -y es, de hecho- considerado por algunos como un mal arranque de torneo. El argumento principal de quienes así lo afirman es que en la tabla porcentual, los empates sirven de poco para salir rápidamente del sótano.

No obstante, si vemos las condiciones en las que se presentaron ambos duelos, los dos empates, pese a no marcar goles no pueden ser considerados como malos resultados. Si, ante Cruz Azul, Necaxa mereció ganar y generó las opciones más claras del encuentro, pero el nervio que existía y los primeros minutos en los que Cruz Azul impuso condiciones pudieron haber sido catastróficos para nuestro equipo.

Ante León, las condiciones del clima y del campo cambiaron por completo el partido y el desarrollo del mismo. Necaxa fue amplio dominador los primeros minutos del encuentro y justo cuando parecía ser más peligroso es cuando se da la pausa del árbitro debido a la fuerte lluvia que caía y a las condiciones en las que se encontraba ya el terreno de juego. 78 minutos después, tras la reanudación, Necaxa no fue el mismo, ni el rival tampoco y el sacar el empate terminó siendo un triunfo moral para el equipo.

Dicen que los equipos se arman de atrás hacia adelante y está claro que Luis Alfonso Sosa lo entiende de esa manera. Si algo ha mostrado Necaxa en estos dos encuentros del torneo ha sido orden y solidez defensiva. En ese tenor, llama la atención que durante el partido en León, haya sido la defensiva del torneo anterior la que estuvo -de gran forma- dentro del terreno de juego.

Necaxa no ha jugado mal y quizá el ataque es la materia que está pendiente de mejorar en el equipo. Hasta ahora, los delanteros que han visto acción han mostrado poco, y salvo Luis Felipe Gallegos y Edson Puch -quien ha sido intermitente pero ha dado muestras de calidad-, el resto de jugadores ofensivos ha dejado mucho que desear.

Desde luego falta el gol y creo que todos estamos ansiosos por gritar el primer gol del equipo en Primera División, pero de momento es importante tener un equipo ordenado y en ese sentido podemos estar tranquilos por ahora. Es cierto que los empates no nos suben el porcentaje, pero sin afán de caer en la mediocridad, me parece que un empate siempre será mejor que una derrota.

El partido de la próxima jornada será quizá más complicado que los dos jugados hasta ahora. Se visita al campeón que ha arrancado a todo vapor y que hasta ahora no solamente ha ganado sus dos juegos, sino que ha mostrado gran poder ofensivo. Hoy, a falta de 3 días para ese partido, un empate no parecería un mal resultado. Aunque si, pase lo que pase en Pachuca, el triunfo como local en la Jornada 4 ante Pumas es obligado si, o si.

Como dije, Necaxa ha tenido un buen arranque de torneo y los resultados hasta ahora no son malos. Claro que pudieron ser mejores y que un par de triunfos ayudarían mucho en la tabla porcentual y para que cualquier sombra de presión se mantenga alejada del equipo, pero por ahora no podemos quejarnos. La visita del sábado es muy difícil, pero también podríamos creer que como tantas otras ocasiones el equipo sacará la cara.

Friday, July 15, 2016

Cinco años después

El Clausura 2011 fue un torneo mágico. Si, es cierto que Necaxa dio uno de los peores torneos de su historia y se condenó de manera temprana a jugar en la división de plata del futbol mexicano por segunda ocasión, pero a lo largo de aquel certamen también hubo momentos en los que el necaxismo y la mística que rodean a este equipo aparecieron en la cancha o en la tribuna.

Desde luego, la gran mayoría de los buenos recuerdos que podemos tener de un torneo infame como fue el de aquel primer semestre de 2011 se vivieron en las tribunas, y es que en la cancha, las actuaciones del equipo pocas veces pudieron compararse con las que brindaron sus aficionados.

Si habláramos de lo sucedido sobre el terreno de juego, sería muy difícil olvidar un mediodía de domingo en el Estadio Nemesio Diez de Toluca en la que un desahuciado Necaxa remontó una desventaja de dos goles para robarse tres puntos del infierno, puntos que parecían darnos vida en la lucha por la permanencia. Al margen de lo sucedido en la cancha, ese día, el apoyo en casa de los Diablos por parte de la afición necaxista fue casi tan espectacular como la misma reacción del equipo.

Un par de semanas después, el Estadio Azul fue escenario de una auténtica invasión rojiblanca y Necaxa jugó de local en casa de uno de los ‘grandes’ del futbol mexicano. La presencia de aficionados rojiblancos en el inmueble capitalino fue tal que varios medios dieron nota del apoyo que se le brindó a Necaxa en un momento tan complicado como el que se vivía en aquella parte del torneo. “Añoran a sus Rayos. La afición necaxista llenó el Estadio Azul”, decía el Diario Deportivo Récord la mañana siguiente de un encuentro que terminó sin anotaciones.

Tristemente con el paso de las jornadas, el equipo volvió a caer en la irregularidad y los malos resultados, lo que derivó en un descenso prematuro a falta de dos jornadas para el final del torneo. El Estadio Andrés Quintana Roo de Cancún fue escenario de una nueva pérdida de categoría en una noche en la que una vez más el arbitraje terminó perjudicando a Necaxa. Después de ese duelo ante Atlante llegó la despedida en casa, ante los Pumas, una nueva derrota.

La última jornada llevó al equipo al Estadio Hidalgo de Pachuca, escenario en el que un gris empate a un gol puso punto final a un año de pesadilla. Tratándose del último juego de la temporada y con los rumores de que esa noche sería el adiós de Pablo Quattrocchi, la afición de Necaxa se hizo sentir una vez más en patio ajeno con un apoyo total que opacó al de los locales.

“Y a pesar de todo, yo estoy aquí… porque soy de Rayos, muero por ti…” se escuchó una y otra vez cantada a todo pulmón en el Hidalgo. Esa noche, Necaxa no ganó en la cancha, pero en la tribuna goleó a los Tuzos. La manera de entregarse de cada necaxista en el estadio valió para el reconocimiento de la afición local y de la gente de prensa y seguridad que se encontraba detrás de la portería en la cabecera en la que el Estadio Hidalgo se pintó rojiblanco. Esa noche, los necaxistas se le entregaron al equipo y terminaron aplaudidos por la gente que fue testigo de la muestra de amor hacia los colores que se brindó.

Han pasado cinco largos años desde aquella visita a Pachuca y pese a ello aún recuerdo aquella última noche de Primera como si hubiera sido ayer. Desde el viaje de ida a ‘La Bella Airosa’, hasta el encuentro con muchos amigos en Pachuca. Los cantos, la entrega al equipo y hacia un Pablo Quattrocchi que mientras se coreaba “Ole ole ole ole… Pablo, Pablo…” declaraba en televisión que se quería quedar seis meses más.

Recuerdo cada detalle. Los mensajes recibidos de amigos necaxistas y no necaxistas, incluído el de mi amigo Rayotab que me decía lo que Pablo acababa de declarar. Recuerdo el gusto que me dio estar presente en esa noche mágica, y la tristeza de un nuevo descenso, de un ‘adiós’ a la Primera que no sabíamos cuánto tiempo duraría y que se alargó hasta un lustro.

Hoy, todo quedó atrás. Los cinco años en el infierno quedaron atrás. Y no, contrario a algunos, yo no pienso negar este tiempo que guste o no es parte de la historia del equipo. En ningún momento abandoné, y en ningún momento lo voy a hacer. Hoy, estamos de regreso en Primera, con aquel equipo al que tanto queremos y al que acompañamos a Segunda División sin dejarlo un solo instante.

Tuesday, July 5, 2016

Una firma 'De Otro Nivel'

Hace no mucho escribí sobre 'Función Monstruo', libro de cuentos escrito por Dán Lee, en el que la temática de éstos "el maravilloso mundo de las llaves y contrallaves" -Miguel Linares dixit-, la Lucha Libre.

Como mencioné en aquel post, el libro lo adquirí directamente con el autor, con el beneficio de que gracias a ello lo tengo firmado y con una dedicatoria que tenía que ver mucho con mi afición hacia Último Guerrero, el lagunero 'De Otro Nivel'. Dicha afición hacia este personaje terminó, pero la dedicatoria en este libro me gustó mucho.

Esta es la firma de Dán Lee en mi ejemplar de Función Monstruo: