Déjà vu. El pasado sábado los aficionados necaxistas vimos una película que ya habíamos visto en el transcurso del Apertura 2016. Un equipo vestido de rojo y blanco (esta vez de gris y negro) conseguía ponerse en ventaja en el marcador y decidía, ante la necesidad de triunfos, tratar de guardar la misma con un ajuste táctico al que futbolísticamente hablando, se le llama “meter el camión atrás”. Al final de la película, la ventaja desaparece.
Necaxa se paró en el Estadio Víctor Manuel Reyna y consiguió una ventaja de dos goles en la primera mitad del partido ante Jaguares. Un gol casi inmediato del rival evitó que nuestro equipo se fuera al descanso con ventaja en el que fue, en mi opinión el primer error en una tarde llena de errores para un cuadro que se quedó muy cerca de ganar en un estadio en el que nunca ha obtenido un triunfo.
Ese primer error fue un despeje de Marcelo Barovero que fue recuperado por el cuadro rival y que en tan solo unos toques término en el primer gol naranja de la tarde. El segundo error vino desde el banquillo al medio tiempo del partido, Luis Alfonso Sosa envió al terreno de juego al multicitado y multicriticado Alejandro Díaz. El joven jugador proveniente de América, al que en los primeros encuentros podía justificársele en cierta medida, dio un partido increíblemente malo.
Díaz pisó la cancha del Víctor Manuel Reyna y a los pocos minutos falló un gol hecho, una de esas jugadas en las que solo hay que poner el pie para enviar el balón al fondo de las redes. El delantero casi se mata en la acción para perderse un gol increíble en otro error más. Segundos después, nuevamente Díaz apareció en la lista al recibir un balón en el borde del área. Todo terminó en una mala recepción y un nuevo intento de suicidio de un jugador que se dedicó a trotar durante 45 minutos.
Necaxa comenzó a perder balones y a ceder la iniciativa al rival. Dividió la bola en acciones en las que no era necesario y dejó que un equipo que si bien no habia dominado, si había tenido el balón en varios lapsos del partido. Faltaban algo así como 15 minutos para que terminara el partido cuando ingresó Severo Meza en una clara muestra de que el guión había llegado al momento en el que Necaxa iba a cuidar la ventaja. Otro error.
Necaxa replegó líneas y cedió el balón apostando al contragolpe, lo peor, es que se optó por defender ante un rival que no ofendía y que cuando lo hacía llegaba sin peligro. Inexplicable. No me gusta jugar a ser técnico, pero ese fue un error más en la larga lista. Jugando como se estaba jugando se tenía neutralizado a Jaguares, y se le dio vida al ceder tanto terreno.
Por si eso no fuera suficiente faltaba un error más. De nueva cuenta Marcelo Barovero se equivocó, esta vez de manera grosera al no atajar un débil remate de cabeza de Jonathan Fabbro a los 85 minutos de juego en una acción en la que la marca fue displicente y en la que de manera increíble el atacante jaguar remato entre Mario de Luna y Marcos González, aunque el error desde luego, es de ‘Trapito’.
El.empate molesta, y molesta por la manera en la que se presentó, y porque el jugador más joven del equipo corría como si fuera el más cansado en el terreno de juego. Molesta porque ya hemos visto esta película en el torneo y porque aun cuando el estilo del técnico siempre ha sido así, parece que él, así como la afición, no se da cuenta que ya no jugamos ante Correcaminos, Coras y Cimarrones.
Sigo creyendo en el proyecto de la directiva con Luis Alfonso Sosa y hoy, pese a la infinidad de críticas que hay sobre él y su trabajo, no encuentro un argumento sólido para creer que deba irse de la dirección técnica del equipo. Y no, perdón, pero el no me parece que el “no me gusta” o el “nos volvieron a empatar” sean argumentos válidos. Mucha gente me ha dicho que con empates no nos vamos a salvar y transcurrido el 32% de la carrera por la permanencia, con todo y esos empates, hoy el equipo estaría salvado. Desde luego, la batalla está aún lejos de ganarse, pero de igual forma esta igual de lejos de perderse.
El caso de Barovero es digno de analizarse, y en verdad no puedo creer que haya quienes tras su muy grosero error ante Jaguares quieran verlo en la banca. ‘Trapito’ ha sido de lo mejor de Necaxa en el torneo, y si no fuera por él, muchos de los partidos que se afirma “debían haberse ganado” se pudieron haber perdido. Marcelo lleva 36 salvadas hasta ahora y el sentarlo por uno o dos errores sería penoso, y a la vez imperdonable para el técnico, que es el primero que debe darle su confianza. ¿Se acuerdan de ‘Tita’ exhibiendo a Carlos Trejo y a Iván Vázquez Mellado?, me disculpo nuevamente, pero yo no quiero otro ‘Tita’ que con sus desplantes rompa el vestidor, como sucedió en aquel entonces.
Castigar jugadores por un error no es solución de nada, y si lo fuera, tal como dije aquí hace una semana, tendríamos que ser igual de severos con cada uno de los integrantes del plantel. En ese sentido, me habría gustado ver que quienes hoy piden banca para Marcelo Barovero hubieran pedido lo mismo para aquel jugador que igualmente ha sido de los mejores del equipo en el torneo y que falló el gol del triunfo en el tiempo de compensación ante América, falla que al igual que la de ‘Trapito’, y al margen de las decisiones técnicas, le costó dos puntos al equipo.
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